jueves, 19 de agosto de 2010

Periodismo S.A.


Me siento como un pez en un acuario. Bueno, es difícil saber lo que el animalito sufre, pero al ver reducido su medio puedo compararlo a mi sentir en este momento. Además, como no soy un pez, incluso me siento ahogado.
Elegí para mi futuro el camino humanista. El camino de las letras, de la historia, de seguir a grandes pensadores, filósofos, ilustrados, locos, etc. Sin embargo, me acomodo en mi banco de la Universidad y se me bombardea de términos empresariales, ¿para qué? ¿por qué? ¿para quién?, pero no en el ámbito que se podría esperar para la formación de un estudiante de periodismo, sino más bien, se me entrega intensa información sobre la forma de aportar en un sistema del que soy parte, pero en el que no me interesa gastar mis capacidades (limitadas o no da lo mismo).
Me hace rebelde todo ésto. Sólo ejemplificar que mi profesor en este momento se desgasta intentando convencerme de lo que para ellos es un periodista moderno, mediante una clase de manipulación de personas, perdón, es de MARKETING (o ciencia falsa como la catalogó un buen amigo).
Que podemos esperar de un comunicador hoy en día. Que se puede proyectar de una sociedad adormecida por los medios de comunicación, si sus profesionales están dejando de lado el conocimiento de ideas fenomenales, a cambio de poder satisfacer objetivos empresariales. Que lograrán aportar, si es que más que entender el mundo, nos enseñan a realizar un buen manejo comunicacional para vender en lo que se ha convertido la información, un producto.
Poco será lo que me aportará en contenidos el ser estudiante de periodismo, aunque en actitud el ser universitario cambió mi vida para siempre.

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